jueves, 24 de julio de 2014

Todo pasa...

Un pestañeo y todo cambia. Nos limitamos a ver la vida pasar, sin valorar las pequeñas cosas, sin disfrutar los mejores momentos. Y cuando miramos hacia atrás es tarde. Se fueron para no volver. ¿Tan difícil de reconocer es? Nada es para siempre, ni siquiera los recuerdos.

Aplazamos planes en busca de un mejor momento, no hacemos frente a ciertas situaciones por miedo, nos callamos por vergüenza, evitamos palabras por cobardes... Queremos huir ante todo esto con la esperanza de que no nos alcance, plantándole cara solo cuando sea necesario. Hay una cosa que no sabes, cuando pienses que es la hora, será tarde.

Nadie espera a tus planes, las situaciones importantes no se repiten, las conversaciones son únicas... Los cobardes pierden oportunidades. Nadie los espera eternamente.

Vive, vence tus miedos, valora lo que tienes, disfruta la vida. Hazlo o luego no llores. Recuerda que por muy seguro que algo parezca, nada es para siempre. 

Hasta el recuerdo más vivo se borra con el tiempo...