Nada cuadra

Buscas la manera de encajar las piezas, de hacer que todo cobre sentido y de ordenar tus ideas. Sin embargo, ¿cómo se encajan las piezas cuando tu eres la pieza principal y no sabes dónde vas? Tu entorno se ordena poco a poco, pero tu no...

Desde niños nos exigen que orientemos nuestra vida hacia lo que queremos ser de mayores, lo que es el "sueño de nuestra vida". Realmente, ¿quién lo sabe? Una serie de ideas desordenadas pasan por tu cabeza y te hacen pensar que tal vez eso lo sea... No nos engañemos, pocos lo saben.

Tomas decisiones a ciegas porque se acaba el tiempo, sin conocer todavía ese "sueño de tu vida". Muchas veces me pregunto, ¿cómo sabemos cuál es? ¿Y si nada nos apasiona? ¿Significa eso que estamos muertos por dentro? Y tras esa decisión repentina llega el vacío y piensas si estas en lo correcto... 

Y aquí estoy intentando encajar las piezas...

¿Y las sonrisas?

Llega un momento en el que te planteas si estas haciendo lo correcto. En ocasiones sientes que pierdes los mejores años en busca de cosas que sabes que no ocurrirán. Y ya  no es solo que lo sientas, es que sabes que se nota. No te ríes como antes y cuando intentas sonreír notas amargura. 

Una sonrisa no debe ser forzada, debe ser algo natural y espontáneo, tan espontánea como el momento que la produzca. 

Pero ¿qué pasa cuando ya no hay sonrisas? ¿Ya no hay momentos espontáneo o no queda alegría para mostrar? Tal vez los haya, pero piensas tanto en lo que esta por venir que no reparas en el presente, en la gente que te rodea y en lo efímero de cada momento que se prepara para arrancarte una sonrisa. Y es que sin querer has llegado a un punto en el que vives, pero no vives. 

Dejaste de mirar las pequeñas cosas y así dejaste de ver lo bonito del día a día...

Cuando no puedas más.

Y sientes que las fuerzas se acaban, que ya no puedes más... 

Hay momentos en los que olvidas por qué estas haciendo lo que estas haciendo, y entonces, te paras a pensar y te planteas si esto merece la pena...Todos esos planes que han pasado de largo y todo aquello que no te ha esperado... ¿Compensa? 

Siempre existe ese sentimiento de estar desperdiciando el tiempo, de no aprovechar el momento al máximo, y piensas qué es lo que haces mal...

Y mientras ves la vida pasar, sólo te queda esperar y comprobar con tu experiencia si valió la pena o perdiste el tiempo. 

Cuando sientas que no puedes más recuerda cuales fueron las razones por las que decidiste comenzar...

Escapar

Con los ojos llorosos consigues despegar tus labios, palabras que temías pronunciar... Miedo, tristeza, desamparo. Sientes pánico ante la idea de obtener una respuesta que no sea la esperada...

Nadie puede explicarlo... La gente no encuentras palabras para describirlo, necesitan vivirlo para saber a lo que se refiere el resto... Solo sabes que algo va mal cuando se esfuman las ganas de hablar, de sonreír, los suspiros inesperados y las carcajadas espontáneas. Algo no funciona cuando vuelcas frustraciones en la persona que menos las merece.

Todos necesitamos nuestra vía de escape...

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Media vida intentado convertirte en aquello que siempre quisiste ser. Sin embargo, un día despiertas, miras a tu alrededor y descubres que sigues lejos. Tu meta se aleja, parece acercarse a cada paso, pero cuando te despistas corre lejos de ti... Parece que te teme.
Tal vez no eres tu, quizás deberías rendirte y asumirlo. Son cosas que nunca llegaran, tan solo juegan a que creas que lo has conseguido. No seas ingenuo, piénsalo y valora la situación... No te auto engañes con falsas ilusiones y esperanzas perdidas. Lo que tenga que ser sera, se tu mismo. Aprende a ser tu, valórate y que nadie te pase por encima.

Todo pasa...

Un pestañeo y todo cambia. Nos limitamos a ver la vida pasar, sin valorar las pequeñas cosas, sin disfrutar los mejores momentos. Y cuando miramos hacia atrás es tarde. Se fueron para no volver. ¿Tan difícil de reconocer es? Nada es para siempre, ni siquiera los recuerdos.

Aplazamos planes en busca de un mejor momento, no hacemos frente a ciertas situaciones por miedo, nos callamos por vergüenza, evitamos palabras por cobardes... Queremos huir ante todo esto con la esperanza de que no nos alcance, plantándole cara solo cuando sea necesario. Hay una cosa que no sabes, cuando pienses que es la hora, será tarde.

Nadie espera a tus planes, las situaciones importantes no se repiten, las conversaciones son únicas... Los cobardes pierden oportunidades. Nadie los espera eternamente.

Vive, vence tus miedos, valora lo que tienes, disfruta la vida. Hazlo o luego no llores. Recuerda que por muy seguro que algo parezca, nada es para siempre. 

Hasta el recuerdo más vivo se borra con el tiempo...

El cambio

Has cambiado, lo sabes. Algunos opinan que para mal, que has revuelto tu vida con tus aptos, que estas irreconocible, que ya no miras el mundo igual, que todo lo haces mal. Otros opinan que para bien, que tus ojos derrochan alegría, que todos los día los sorprendes con una sonrisa, que estas irreconocible. Y es cierto, llevan razón: has cambiado y estas irreconocible...

Y en estos momentos te planteas qué importa lo que ellos piensen. Cada mañana te levantas, saludas a la vida y te enfrentas a los obstáculos del día a día. Mejor o peor, nadie puede juzgarlo. Estas aprendiendo a equivocarte, a rectificar errores y a decidir sin buscar la aprobación ajena. 

Se extrañan por que no haces lo que pensaron que era propio de ti... ¿Qué es propio de ti? ¿Lo que el resto siempre consideró correcto? Se equivocaron. Propio de ti es aquello que te hace sentir bien. Aquellos que critican este cambio no lo entienden.

Nadie se pondrá en tu lugar... Se dedicarán a hablar y criticar.