domingo, 1 de junio de 2014

Siempre lo supiste...

Sabía sonreír con los ojos, alejando problemas y preocupaciones. Te hacía sentir bien, te reconfortaba, parecía que nada malo ocurriría jamás. Tan solo con el poder de una perfecta sonrisa. Sin embargo, nada es eterno. Los ojos más brillantes de apagan y las sonrisas más sinceras se derrumban...

Idealizamos las virtudes y alejamos los defectos. Creamos nuestro mundo en torno a lo que para nosotros siempre fue ideal. Olvidamos la realidad la cual se posa ante nosotros en el peor momento. Te la encuentras de frente. Viene a quedarse. 

En un instante vuelven los defectos y las virtudes no parecen tan grandiosas... Las sonrisas se tornan lágrimas que borran el brillo de tus ojos. Lo duro no es afrontar la realidad, siempre supiste que esto tenía que pasar, lo duro es asumir que te excediste al crear tu utopía...

Algún día marcharé en busca de la mía. Sin mirar atrás, olvidando que todo puede salir mal...

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