Calor sobre tu espalda.

Calor sobre tu espalda y frescor en tus pies. No puedes hacer más que rendirte ante tus ganas de nada, de estar allí tirado y disfrutar de ese sencillo pero tranquilo momento. El sol brilla sobre tu cabeza y las nubes avanzan mientras te observan. Y tu ahí, sin hacer nada, reencontrándote con tus pensamientos, poniendo todo en orden. De vez en cuando una ligera brisa despeina tu enmarañada melena, nada importante. Sin preocupaciones, desconectando del mundo. Despídete de tus problemas por un instante, ya te las verás con ellos luego. 

Esto para no ser acribillada. Ya es algo más alegre.

La playa

La brisa acariciando tu piel y bailando con tu cabello. Tus pies desnudos se hunden en la arena, esto te transmite una sensación tan acogedora y desagradable... Quieres saltar a ver si puedes ver más allá del mar y gritar para que los del otro lado te oigan. No sabes la razón, tal vez esa solitaria playa te anima a desatar el animal que llevas dentro. Nadie puede verte, ni oírte... Y allí estas en una solitaria playa, toda para ti.





Para Isabel y sus ganas de playa.

Buscar una salida

Buscar una salida, sin puertas cerradas, ni llaves, ni candados. Total libertad para escapar, que nada ni nadie te detenga. Salir corriendo hasta extasiarte y sentir la libertad igual que cuando de pequeño bajabas a gran velocidad una cuesta con todo el aire golpeando tu cara. Un momento que te hacía sentirte el rey del mundo. ¿Sabes de lo que hablo? Pues eso es lo que quiero, cuesta abajo a toda velocidad.

Sonrisas.

Que alguien te regale una sonrisa, un pequeño instante junto a la brisa veraniega. Sientes impotencia por no poder detener el tiempo en esa felicidad efímera. Llevarlo contigo para alegrarte los días malos. Sin embargo... ¿Quién dijo que no se puede? Guarda ese halo de alegría junto a los buenos recuerdos y recurre a ella cuando la necesites, y cuando no también.  Que nada ni nadie te impida esbozar la mejor de tus sonrisas. 

¡Gritarle al mundo!

Tan solo quieres gritarle al mundo, pero las normas sociales no lo permiten. Solo quieres eliminar todo lo que llevas dentro, que alguien escuche tus lamentos a viva voz. Sabes que no será así... No esta permitido expresarse sin resultar rudo. Que te dejen  desahogarte, tan solo gritarle al mundo.

Tan solo pasado

Lo peor de todo no es llorar, lo peor es no tener a nadie que limpie tus lágrimas y calme tus sollozos. Sabes que has de seguir tu camino, pasando por encima de esas lágrima que caen y dejan huella para remarcar tus errores. Verás el sol seguido de una inmensa y misteriosa luna, ambos te alumbrarán y guiarán, pero ninguno te cambiará. Podrás avanzar en tu camino, evitando tropiezos y caídas. Encontrarás días soleados, pero también días grises en los cuales ni esa inmensa luna podrá acunarte para acallar tu dolor. Las lágrimas volverán, son parte de ti, sin embargo, la fortaleza crecerá y hará que te sientas reconfortado. Algo dentro de ti te dirá que todo va bien que la tristeza es cosa del pasado.

Dí adiós al pasado... 

Dejar la mente en blanco.

Tan solo buscas sosiego, que nadie perturbe tus silencios. Ya tienes suficiente con el sonido de tus pensamientos que revolotean como frágiles pájaros asustados. Andan a su antojo y hacen de tu cabeza su lugar de recreo. Intentas controlarlos, pero siempre vuelven a su origen, al lado oscuro y temeroso del que intentas huir. Miras tu reflejo ante el espejo deseando acabar con ellos... tu reflejo los anima a comportarse como niños pequeños que quieren salir a jugar. Con lo fácil que sería no pensar, una sacudida de mano que los eliminara de inmediato. Dejar la mente en blanco.  

Dejar la mente en blanco.