martes, 9 de julio de 2013

Dejar la mente en blanco.

Tan solo buscas sosiego, que nadie perturbe tus silencios. Ya tienes suficiente con el sonido de tus pensamientos que revolotean como frágiles pájaros asustados. Andan a su antojo y hacen de tu cabeza su lugar de recreo. Intentas controlarlos, pero siempre vuelven a su origen, al lado oscuro y temeroso del que intentas huir. Miras tu reflejo ante el espejo deseando acabar con ellos... tu reflejo los anima a comportarse como niños pequeños que quieren salir a jugar. Con lo fácil que sería no pensar, una sacudida de mano que los eliminara de inmediato. Dejar la mente en blanco.  

Dejar la mente en blanco.

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