Llega un momento en el cual tienes que plantar cara a todo. Tienes que decidir entre enfrentarte a la vida con una sonrisa para amenizar el camino, o agachar la cabeza y asumir todo desde una posición de víctima. Con el primero crecerás a cada paso, serás fuerte y poco a poco mejorarás tu vida, aunque a veces el camino sea duro. El segundo camino te lleva a la tristeza y melancolía. Pensarás que todo va en tu contra, y no verás un ápice de alegría.
Un día mi reflejo decidió sonreírme, desde entonces sé mi posición. Te toca...
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